jueves, 12 de mayo de 2022
sábado, 22 de enero de 2022
LA QUIMERA RECOMIENDA: ATELIER OF WITCH HAT
Es difícil resistir la tentación del clásico chiste y decir que hace un año hice mi última entrada en el blog, pero ni modo, ya no hay vuelta atrás. Además, creo que decir eso me pesa más que nunca, como si en serio hubiera una distancia temporal de 365 días desde la última vez que nos leímos. Por ahí leí que estos últimos dos años se han sentido como 1,000 años que pasaron en 10 segundos. Es muy curioso que, si te dicen que te remontes a dos años atrás, es probable que pienses en 2018.
Pero bueno, así como cada vida es diferente, cada persona concluye
un año y comienza otro de manera diferente, y esto es casi una ley de la vida.
Algunos lo terminan de manera cálida en compañía con sus
seres queridos, otros sufren debido a circunstancias más allá de su control que
parecieron ponerse de acuerdo a último minuto, y también hay personas que no
pueden evitar sentir cierta melancolía e incertidumbre muy en el fondo, sin
importar si tuvieron un buen o mal cierre.
Aquí lo que quisiera de todo corazón es que seas capaz de
mirar este nuevo año con optimismo, sin importar qué vino antes, y
especialmente que tengas y sientas en tu vida el apoyo necesario para que así
sea.
Por eso mismo, hoy deseo hacer mi parte y recomendarte un manga muy especial, que estoy seguro
que hará más vibrantes los colores de tu vida si le das la oportunidad, así
como lo hizo por mí.
Hoy he venido a hablarte de Atelier Of Witch Hat.
© Editorial
Panini y Kamome Shirahama
Desde que uno mira un tomo cualquiera de Atelier en las estanterías podemos
darnos cuenta que estamos frente a algo de calidad muy inusual, algo muy
especial. Cada portada destaca entre la multitud por muchísimas razones: Su diseño de mosaico/carta de tarot, los
finísimos detalles de cada línea que
compone al personaje que adorna la imagen, la calidez que desprende cada fondo, etcétera, etcétera.
Yo tengo un trabajo fenomenal, incluso envidiable para
muchos. Uno de los múltiples beneficios es que puedo leer manga en mis tiempos
libres, y contaría como estarme documentando.
Menciono esto porque inicialmente tomé una copia del primer tomo de Atelier por algo muy parecido a una
curiosidad infantil. Algo oculto en su portada y contraportada llamaba al fondo
de mi alma, diciéndome:
“Brother, quítame la
bolsita y acompáñame en un viaje que hará que creas en la magia de lo
cotidiano, que recuperes tus ganas de conocer el mundo que te rodea”.
Obviamente al principio no le creí, digo, ¿Cómo me va a estar hablando un manga? Y
segundo, ¿En serio podría ser así de especial?
Justamente por esas fechas estaba atravesando una etapa de
mi vida bastante turbulenta emocionalmente, y estaba comenzando a ver tintes
grises en todo lo que me rodeaba, así que cuando decidí aceptar la invitación,
bastó leer diez páginas para hacerme decir “No se diga más, llévame a donde quieras mi rey” y comprar los
primeros dos tomos. Y en efecto, fue una de las mejores decisiones que he
tomado en los últimos meses.
Hoy voy a hablar exclusivamente
del primer volumen, principalmente para mantener los spoilers en un mínimo, y además porque es el que más veces he
releído. Son demasiadas las cosas que me fascinaron de este título, pero las
voy a agrupar en dos aspectos principales: Historia
y Dibujo.
© Kamome
Shirahama |
Lo que acabas de ver es nada más y nada menos que una parte
de la bienvenida que te da el primer
tomo, y aunque aquí en México esté impresa en blanco y negro, no disminuye en
lo más mínimo su belleza y su detalle. De hecho, y en mi no tan humilde
opinión, en blanco y negro resalta más la delicadeza tras cada línea que lo
compone, y se sigue conservando la intención de ilustrar cómo, poco a poco, un mundo mágico se forma y adquiere color
a partir de la pluma de la autora (creo que es una genial metáfora de cómo al
crear arte estamos creando magia a nuestra manera, además de ser un spoiler sin
contexto. +10).
La razón por la que jamás me cansaré de leer este manga una
y otra vez, es por su arte. Es un
verdadero placer para la pupila pasar la mirada de un panel tras otro; en
ningún momento baja la calidad de dibujo, y hasta se podría OLER el amor y
cuidado con el que se hizo cada capítulo. Incluso si uno se fija en las cosas
que pasan en segundo plano, todo tiene un nivel de detalle que casi parece una
novela gráfica ambientada en la época del Renacimiento.
Pilares de humo, círculos de magia, reflejos en el agua,
corrientes de aire y demás minuciosidades son retratadas de una manera
bellísima, y en lo particular valoro también lo constante que es el manejo de
los detallitos de cada personaje, como los pequeños rizos en el cabello de
cierta niña, que un lente de un par de anteojos de cierto mago sea siempre más
oscuro que otro (por ciertas razones que se explican mucho después), el cuidado
con el que se dibujan las manos y las expresiones faciales, y la lista es
interminable.
© Kamome Shirahama |
Todos hemos visto o leído una obra de ficción fantástica en algún punto de nuestras vidas; Harry Potter, Little Witch Academia, el Archivo de las Tormentas, entre miles de opciones más. Cada una con su propio “sistema de magia” bien establecido, con sus propios detalles, poderes y limitaciones. Puede que entre sí no tengan casi nada en común salvo el hecho de que giran en torno a, obviamente, la magia, pero toda buena historia de fantasía mágica se caracteriza por ser capaz de hacer volar nuestra imaginación, y maravillarnos con mundos repletos de lugares, criaturas y personajes que jamás veríamos en nuestra vida.
Es inevitable hacer comparaciones con Harry Potter, específicamente, al ambas tratarse de niños que
inesperadamente se dan cuenta que hay un mundo mágico del cual desconocían su
existencia, y del cual son casi forzados a formar parte por circunstancias del
destino. Lo bonito de ambas historias es que somos introducidos al sistema de
magia correspondiente al mismo tiempo
que sus protagonistas, y los vemos crecer en el camino como personas y como
magos.
Sin embargo, Atelier
brilla por sí mismo, no sólo destacando entre el resto de mangas por el nivel
de dedicación a su arte, sino entre todas las historias de fantasía mágica.
¿Por qué? Explicaré mi perspectiva muy
personal al terminar.
EN CONCLUSIÓN:
Vivimos tiempos a veces difíciles, a veces tristes, pero
siempre raros. Hoy más que nunca es común sentirse abrumado, encerrado o de plano
derrotado por las trabas y limitaciones que la vida pone en nuestro camino casi
cada día. Hoy más que nunca deseamos viajar, conocer, conectar, hacer cosas
nuevas y sentirnos vivos.
Para mí, Atelier of
Witch Hat fue la bocanada de aire fresco más profunda que tuve en todo 2021,
junto con otras tres o máximo cuatro obras de diferentes medios. No es que todo
lo que presente sean cosas que nunca se hayan visto antes, su brillo está en que
la autora es capaz de lograr que todo nos haga sentir el mismo amor que Coco
siente por la magia, y brindarnos una confianza casi ciega de que cualquier
rumbo que decida tomar la historia, será el correcto. Ni hablar de la excelente
caracterización de los personajes, ni de lo elaborado que pinta para ser el worldbuilding.
Atelier me
recordó que existe magia en todo lo que nos rodea, es simplemente cuestión de
observar y revalorar todo lo que en su momento nos hizo sentir agradecidos y
ahora damos por sentado, o de tomarnos un tiempo para observar con detalle y
curiosidad los paisajes que vemos todos los días. Y que siempre debemos estar
abiertos a que existe la promesa de que llegará algo nuevo que sacudirá
nuestras vidas, en cualquier día y en cualquier momento.
Si un día de éstos sientes cierta necesidad de correr, de conocer, o de volar incluso, te invito cordialmente a que adquieras y leas el primer tomo, y confío casi ciegamente en que Atelier hará que te olvides de las mortificaciones diarias al menos por un momento, y te ayudará a reemplazarlas por el gusto de encontrarle la magia a lo cotidiano.